En el año 1949 se da un gran paso, en cuanto al interés por conseguir la capacitación de los bibliotecarios, así como el mejoramiento de la profesión y de las bibliotecas, que va a resultar de enorme importancia con el correr del tiempo.
Una de las cinco bibliotecarias que asistieron a un Curso de Verano en la Universidad de Panamá -Nelly Kopper- fue designada, en una reunión conjunta entre los bibliotecarios centroamericanos y los profesores de dicho curso, para fundar una asociación de bibliotecarios costarricenses.
Tuvo como fines los siguientes:
- Promover la creación y mejoramiento de las bibliotecas del país.
- Procurar una mayor capacitación técnica a sus asociados y demás funcionarios que laboran en las bibliotecas.
- Luchar porque el personal que trabaja en las bibliotecas sea retribuido equitativamente.
- Difundir los conocimientos bibliotecológicos con miras a la creación y fortalecimiento de la conciencia bibliotecaria.
- Luchar porque se le dé carácter profesional a los servicios bibliotecarios.
- Fomentar relaciones entre los bibliotecarios del país y de éstos con los de otras naciones.
- Fomentar la cooperación entre las bibliotecas del país y del exterior.
- Mantener relaciones con las asociaciones de bibliotecarios de otros países.
- Colaborar en el desarrollo de programas referentes al movimiento bibliotecario.
La Asociación tuvo una vida muy activa y cumplió a cabalidad los fines que se propuso. La conformaban pocas personas que tenían una gran fe en su trabajo y el convencimiento firme de que participaban en una labor llena de luchas, pero en la que prestaban un gran servicio al país. Y, si bien es cierto no contaba con bibliotecarios ni bibliotecarias profesionales, sus miembros lucharon por superar con su esfuerzo lo que les faltaba en
preparación bibliotecológica. La Asociación Costarricense de Bibliotecarios para su funcionamiento, contaba con una Asamblea, integrada por los miembros honorarios, los miembros fundadores y los miembros activos.
El Directorio estuvo integrado por un Presidente, el Secretario General, el Secretario de Actas, el Tesorero, el Fiscal y dos Vocales. A la vez contaba con cuatro comités permanentes.
Después de veinticuatro años de su existencia, sin duda alguna la Asociación Costarricense de Bibliotecarios con su mística y esfuerzo se constituyó en un elemento determinante y fundamental para el futuro de la bibliotecología nacional.
Fundación del Colegio de Bibliotecarios
Desde 1973 se inician las gestiones para la creación del Colegio de Bibliotecarios de Costa Rica. En el libro de actas de la Asociación Costarricense de Bibliotecarios, en el acta No. 127 del 13 de julio de 1973, con don Efraím Rojas Rojas como presidente, informa en el Art. 3 que se presentó el Proyecto del Colegio de Bibliotecarios a la Asamblea Legislativa y se da lectura a la carta del Presidente de la Asamblea que dice: lo acoge para someterlo al trámite correspondiente.
En sesión No. 130 del 1 de marzo de 1974 se comenta el veto al Colegio de Bibliotecarios y el Sr. Efraím Rojas Rojas, procede a leer el documento por la Corte Suprema de Justicia, e informa de las gestiones a realizarse posteriormente. Se nombró una comisión integrada por Bachilleres en Bibliotecología, pertenecientes a la Asociación Costarricense de
Bibliotecarios cuyo presidente fue Manuel Oviedo. Y entre sus miembros se pueden mencionar a: Lidiette Diez, Nelly Koper, Winston Salas; entre otros quienes con gran entusiasmo supieron resolver las muchas dificultades que se le presentaron y consiguieron su objetivo.
La Asociación Costarricense de Bibliotecarios envió la solicitud para la creación del Colegio a la Asamblea Legislativa en un documento, que incluía una carta razonada, que contenía la contraposición de motivos por los cuales se consideraba necesaria la creación del Colegio, el anteproyecto de la ley a que se proponía para el mismo, la descripción de los diferentes puestos de bibliotecarios en distintas instituciones.
Los miembros de la Asociación Costarricense de Bibliotecarios hablaron con los diputados con el fin de exponer las razones para la creación del Colegio y obtener su voto. La Directiva de la Asociación Costarricense de Bibliotecarios fue recibida por la Comisión de Asuntos Sociales en un ambiente muy acogedor, para discutir las inquietudes que se les presentaban a los miembros de dicha Comisión. Una de ellas era que había muy pocos graduados en ese momento y con qué personal se llenarían las plazas que quedaran vacantes. Se resolvió agregando el Transitorio del Cap. X de la Ley que establece que “Los Bibliotecarios que hayan prestado sus servicios en bibliotecas del país reconocidas por el Colegio de Bibliotecarios durante diez años cumplidos en el momento de promulgarse esta ley, serán miembros del Colegio”.
La Ley fue aprobada en la Asamblea, pero el señor Ministro de Cultura, don Alberto Cañas, presentó objeciones constitucionales que fueron la causa de que el Poder Ejecutivo la vetara.
Ante este problema la Asociación unió esfuerzos para volver a la Asamblea e insistir en el resello. Además, dos miembros de Asociación Costarricense de Bibliotecarios, Lidiette Diez y Nelly Kopper, acudieron a los señores Magistrados de la Corte Suprema de Justicia para exponer de necesidad de la creación del Colegio. Fueron muy bien acogidas por todos ellos, quienes escucharon las razones sin comprometer su voto, porque el asunto era de orden constitucional.
Después de hacer el estudio correspondiente la Corte devolvió la Ley a la Asamblea para que fuera resellada, lo que ocurrió el 30 de abril de 1974.
Finalmente el 30 de abril de 1974 se obtuvo el retiro del veto y se logra la aprobación de la Ley No. 5402 de creación del Colegio de Bibliotecarios, gracias al apoyo del diputado don Luis Alberto Monge Álvarez, futuro presidente de la República.
La fundación del Colegio de Bibliotecarios representa un logro de la Asociación Costarricense de Bibliotecarios, la cual luchó tesoneramente para su creación.
La ley del Colegio establece como fines del mismo:
- Promover e impulsar el estudio de la ciencia bibliotecaria, así como la enseñanza de la misma.
- Dignificar el ejercicio de la profesión en todos los aspectos. Velar por la protección y la defensa de los intereses profesionales de sus colegiados y procurar que los mismos obtengan remuneración adecuada a sus funciones.
- Gestionar ante los poderes públicos del país la promulgación de leyes tendientes al mayor auge y desarrollo de la bibliotecología costarricense.
- Establecer un fondo de mutualidad y subsidios para los afiliados.
El 13 de setiembre se eligió la primera Junta Directiva en una Asamblea realizada en la Biblioteca Nacional, la cual estuvo integrada por:
Presidente: Prof. Efraím Rojas R. +
Vicepresidenta: Prof. Nelly Koper D.
Secretario General: Prof. Manuel Oviedo G.
Secretaria de Actas: Srta. Marta Trujillo R.
Tesorera: Prof. María Eugenia S. De Altamirano
Fiscal: Prof. Elia Ma. Van Patten de Ocampo
Vocal 1: Licda. Deyanira S. De Córdoba
Vocal 2: Sra. Zahira Paniagua Q.
Vocal 3: Olga Marta Mena Vicenti
Las primeras actividades, realizadas por las diferentes comisiones del
Colegio, fueron:
- Conseguir la fijación del salario mínimo para los bibliotecólogos.
- Tener una clasificación de puestos adecuada en el Servicio Civil.
- Redactar y publicar el Código de Ética
- Redactar y publicar la Ley del Colegio y su reglamento
- Preparar el emblema del Colegio.
En la sesión Nº 133 del 15 de abril de 1982, reunidos los directivos de la Asociación Costarricense de Bibliotecarios, acordaron disolver la Asociación porque se llegó a la conclusión de que ambas organizaciones luchaban por los mismos fines y tenían los mismos miembros. Así terminó una etapa en la historia de la bibliotecología costarricense, en la que paso a paso, con la sucesión de una serie de trabajos, que parecían pequeños y sin importancia pero que, mediante el esfuerzo de muchas voluntades, que lucharon unidas para alcanzar una meta, se logró la preparación de bibliotecólogos en la Universidad de Costa Rica y la fundación del Colegio de Bibliotecarios del país.
Ha sido una lucha sin desmayos en donde todos han colaborado con el surgimiento de nuevas bibliotecas, centros de documentación e información, en diferentes empresas, organismos, instituciones y entes de todo tipo.
En el último cuarto de siglo dio inicio una nueva etapa, en la que ha habido un verdadero renacer de la profesión, mediante la labor que han realizado las Escuelas de Bibliotecología de la Universidad de Costa Rica, la Universidad Nacional, la Universidad Estatal a Distancia, las universidades privadas y el Colegio de Bibliotecarios.
Emblema del Colegio
En 1976 se elaboró el escudo del Colegio de Bibliotecarios, cuyo diseño está basado en la escultura principal que ocupaba el frontispicio central de la antigua Biblioteca Nacional, esculpida por el artista nacional Tomás Povedano. La idea fue propuesta por la señora Nelly Koper.
El emblema del Colegio está constituido por un óvalo que lleva escrito, en letras capitales, el nombre Colegio de Bibliotecarios de Costa Rica y el año de su fundación. Dentro del óvalo aparece un libro abierto con la inscripción latina: Tolle, lege que quiere decir: Toma y lee. Sobre el libro descansa el mundo iluminado por los rayos de una estrella, simbolizando la sabiduría que la lectura reporta en la humanidad.
Antecedentes Legales
El Colegio de Bibliotecarios de Costa Rica, es una corporación profesional de interés público creado por la Ley Nº 5402 del 21 de mayo de 1974 y publicada en la Gaceta Nº 94, Alcance 89.
Cambio de Ley
El 19 de Julio del 2013 se reforma la Ley N.º 5402, Ley Orgánica del Colegio de Bibliotecólogos de Costa Rica, de 30 de abril de 1974, al publicarse en la Gaceta Nº 139 la Ley N.º 9148 Ley Orgánica del Colegio de Profesionales en Bibliotecología de Costa Rica.
Emblema
El emblema del Colegio está constituido por:
- Óvalo que lleva escrito en letras capitales el nombre del Colegio de Profesionales en Bibliotecología de Costa Rica, y el año de su de fundación.
- Libro abierto con la inscripción Latina: Tolle Lege, que significa Toma y Lee.
- Mundo iluminado por los rayos de una estrella, simbolizando la sabiduría que la lectura aporta en la humanidad.
Bandera de COPROBI
La bandera institucional del COPROBI se diseña a partir de la combinación de los colores institucionales y el uso de franjas y figuras que tienen un significado y razón.
La franja horizontal colocada al final, representa un camino recorrido, o por recorrer, para alcanzar y lograr las metas; se identifica en color azul ya que el mismo significa perseverancia y esfuerzo, dos valores fundamentales para lograr las metas encontradas en el camino.
Se encuentra además el logo del COPROBI como la institución que regula el ejercicio legal de la profesión. Las tres líneas en color blanco hacen alusión a páginas de un libro, símbolo de conocimiento e información.
Y por último, un tapiz de puntos el cual representa a la red de profesionales en bibliotecología en el país, con fondo en color celeste que representa el idealismo.
Elaborado por Bach. Jessica Lobo Hernández
06 de agosto, 2013